Si bien es cierto que la comarca de las arribes es uno de los lugares perfectos para hacer una escapada y descubrir las maravillas naturales que se han conformado alrededor de los diferentes ríos que vertebran esta zona del oeste salmantino fronteriza con Portugal, también tiene un gran atractivo para los amantes del estudio del firmamento.
Uno de los grandes problemas con los que se encuentran los amantes de la astronomía es la contaminación lumínica que nos encontramos en las grandes ciudades. Este problema en esta zona rural se ve mitigado completamente.
Con estos ingredientes, Saucelle desde hace unos pocos años cuenta con un observatorio astronómico y planetario que nos permite disfrutar de un momento maravilloso y relajante momento contemplando el firmamento, donde estudiar constelaciones, estrellas, y todo lo que se esconde por encima de nuestras cabezas y que se muestra cuando el cielo es invadido por la oscuridad de la noche.
Este cachón es uno de esos atractivos naturales que nos deja las arribes del Duero y que no se encuentran dentro de los puntos más conocidos de la comarca, pero no por ello tienen menos belleza.
Al encontrarse en el curso del río Morgáez, afluente del río Agueda, como ocurre con otros puntos de la comarca, su atractivo se centra en la época de lluvias, en la época en la que las aguas recuperan su terreno y vuelven a dar vida a este río que durante la época veraniega nos muestra su lecho sin su torrente.
Situado en el curso del Rio Morgaez, el Cachon del Berrido se convierte en uno de esos rincones que merecen la pena una vista.
Entre los términos municipales de Hinojosa de Duero y Sobradillo nos encontramos con el río morgaez, que a su vez desemboca en el río Agueda, donde nos encontramos con este interesante salto de agua, muy desconocido por muchos. Quizás a este desconocimiento popular contribuye la falta de señalización para llegar al lugar.
El cachón del Berrido, como ocurre con otros lugares de índole similar solo lo podemos disfrutar en la época de lluvias, pero aunque sea algo efímero, limitado a los meses de lluvias en los que el cauce del río recupera la fuerza, nos deja estampas de una gran belleza.
Aprovechando esta característica el ayuntamiento de Saucelle en colaboración con la Junta de Castilla y León han llevado a cabo un gran proyecto de elaboración de Las Lavanderas, sendero Botánico y ornitólogico.
Un sendero de poco más de un kilómetro que se podría recorrer en apenas 15 minutos sin paradas. Accesible y realizable para cualquier persona, ya que este no conlleva ningún grado de dificultad, y sin desnivel. Dentro de este recorrido destacamos que a mitad de camino nos encontraríamos, con lo que en su día fue el antiguo lavadero de la localidad ribereña, hoy recuperado y rehabilitado para dar forma una de las estrellas del recorrido, el jardín botánico.
Este lugar aunque nos puede pasar desapercibido, diversos estudios han demostrado que se trata de un santuario rupestre prehistórico.
Las arribes de Duero son conocidas por su impresionante entorno que está declarado parque natural. Una comarca situada al amparo del transcurso de río Duero, en las provincias de Salamanca y Zamora, en la que también son destacables diferentes lugares que se sitúan alrededor de otros ríos afluentes del Duero, como por ejemplo el río Uces, el Huebra o el Agueda.
Y es precisamente en la ribera de este último donde nos encontramos con uno de esos lugares la mesa de los curas, que a la vista de cualquiera podría pasar como un lugar desde el que tener una visión privilegiada del curso encauzado del Águeda en compañía de otro de los atractivos de la zona, la vía que partiendo desde La Fuente de San Esteban llega hasta la localidad portuguesa de Barca D´Alva, hoy por desgracia sin el traqueteo de los trenes que tanta vida daban a esta zona.
El municipio de Vilvestre desde hace ya hace unos años puede mostrar al público una de esas pequeñas edificaciones que guardan muchas historias entre sus paredes de piedra, el molino de la Luisa, a los pies de uno de los arroyos que desemboca en el Duero.
En una comarca en la que abundan los torrentes de agua, décadas atrás se aprovechaba la fuerza cinética de estos cursos de agua mover grandes piedras que transformaban el grano de las cosechas en harina para alimentar a las cabezas de ganado.
El molino de la Luisa se encuentra en lo que se conoce como el arroyo de la nava, que vierte sus aguas a la altura del embarcadero de La Barca. Se encuentra como a unos 2 kilómetros de distancia de Vilvestre.
Este molino, no se encuentra abierto al publico, pero se puede ver con detalle su interior desde las diferentes ventanas que tiene en sus paredes exteriores, poniéndose en funcionamiento, siempre que el caudal del agua lo permita, las fechas en las que la marcha senderista anual que se celebra desde el año 1996 trascurre por sus inmediaciones.
Esta obra del siglo XVI está compuesto por cilindros de granito, el superior es posterior al siglo XVI y fue colocado en sustitución del primitivo, adornados con motivos florales, conchas y sogueados.
La parte superior (la cruz) fue colocada siglos después, cuando el rollo de justicia dejó de ser usado al ser abolidos el tipo de castigos que en él se practicaban.
Pero al hablar de este elemento histórico tenemos que hablar de dos elementos muy parecidos pero que inicialmente estaban concebidos y planteados de manera diferente, las picotas o rollos de justicia y los rollos jurisdicionales.
Las picotas son columnas de piedra más o menos ornamentadas, sobre las que se exponía a los reos y las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil. La pena de exhibición en la picota aparece ya legislada en el siglo XIII, en el libro de Las Partidas, de Alfonso X, considerándose la última de las penas leves a los delincuentes para su deshonra y castigo.
Es otra de las manifestaciones de nuestra historia que nos recuerdan que en nuestra comarca el aprovechamiento del líquido elemento siempre ha sido fundamental, en la actualidad para la producción de energía eléctrica y hasta hace algunas décadas también aprovechando su fuerza motriz para la molienda.
En 1752, en el Catastro de la Ensenada, se recogía que en Sobradillo había 14 molinos harineros, 5 sobre el río Águeda, aceñas, y 9 sobre la rivera. La existencia de tantos molinos puede ser debido al intercambio con Portugal, pues según el Diccionario Madoz, la industria más importante de Sobradillo hacia 1820 era la de conducir pan a dicho país.
Antonio Rolín fue el último dueño del Molino de la Vega. Se pagaba la molienda con la maquila. La maquila se puede definir como la parte de la harina que le correspondía al molinero.
Conocidos o muy conocidos son otros castros en la comarca de las arribes como el castro de Yecla de Yeltes, el castro de las Merchanas en Lumbrales, o el castro de El Castillo en Saldeana.
Pero nos encontramos con la existencia de otro mucho menos conocido del que es muy difícil encontrar algún tipo de documentación o referencia. Estaríamos hablando del Castro de Bermellar o castro de la Saldañuela, que estaría datado en la edad de hierro.
El castro de la Saldañuela o del Puerto a diferencia de los que nos podemos encontrar en la comarca, tiene un difícil acceso, entre otros motivos por encontrarse dentro de propiedades de titularidad privada además de estar rodeado de abundante maleza. Siendo su tamaño inferior al resto de la zona, encontrándose este en peor estado de conservación. Hoy solo podemos encontrarnos restos de lo que fue su fortaleza.
El castro se encuentra en ribera del río Huebra en una zona muy cercana al pueblo de Saldeana.
Se caracteriza por tener una extensión aproximada a las 3,5 hectáreas, con unos sistemas defensivos muy claros. El primer sistema defensivo que hay que tener en cuenta es su muralla que rodea el recinto. Esta muralla se caracteriza por estar construida por piedras de granito. Otros de los elementos defensivos que se encuentran en el recinto es un campo de piedras hincadas. Como dato que nos da idea de la importancia de este castro es que algunas de las piedras hincadas llegan a medir un metro de altura.
El castro constaba de dos puertas de acceso que se encontraban en la zonas este y norte.