El rollo de justicia monumento que nos encontramos en Vilvestre tiene su origen en el siglo XVI.
Esta obra del siglo XVI está compuesto por cilindros de granito, el superior es posterior al siglo XVI y fue colocado en sustitución del primitivo, adornados con motivos florales, conchas y sogueados.
La parte superior (la cruz) fue colocada siglos después, cuando el rollo de justicia dejó de ser usado al ser abolidos el tipo de castigos que en él se practicaban.
Pero al hablar de este elemento histórico tenemos que hablar de dos elementos muy parecidos pero que inicialmente estaban concebidos y planteados de manera diferente, las picotas o rollos de justicia y los rollos jurisdicionales.
Las picotas son columnas de piedra más o menos ornamentadas, sobre las que se exponía a los reos y las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil. La pena de exhibición en la picota aparece ya legislada en el siglo XIII, en el libro de Las Partidas, de Alfonso X, considerándose la última de las penas leves a los delincuentes para su deshonra y castigo.
Se utilizaba la vergüenza pública como parte fundamental del castigo, y por ellos estos elementos estaban situados a la entrada de las poblaciones o en plazas…siempre en lugares altamente concurridos.
Estas penas fueron abolidas en el siglo XIX, más concretamente en el año 1813. Donde una ley de las cortes de Cádiz, además indicaba que todas las picotas, salvo algunas indultadas, debían ser demolidas. Y como sucede con la de Vilvestre, en muchos casos para evitar esta demolición lo que se hizo fue modificar su construcción mediante la introducción de la cruz en su parte superior.
Anteriormente también hablábamos de los rollos jurisdiccionales, que muchas veces también se utilizaban para el escarnio de los delincuentes como las picotas. Los rollos son símbolos de justicia y de jurisdicción civil, de autonomía de la villa. Se ponía con ellos de manifiesto la potestad de juzgar los pleitos que surgieran en la comarca. Los rollos jurisdiccionales tienen su origen en la época de la reconquista.
Con la existencia de este elemento Vilvestre nos invita a conocer la otra cara de las arribes, la histórica. La historia que muchos de nuestros pueblos guardan entre sus calles y edificios, y muchas veces desconocemos.
Vilvestre no es el único resto histórico que guarda, y es en el cerro del castillo, muy cerca del mirador del castillo, nos encontramos con otra huella de nuestra historia, ésta aún más antigua, un taller del neolítico, aunque si bien es cierto que sobre este lugar existen diferentes versiones. También en este lugar, y dándole nombre se hallaba uno de los castillos que poblaban la frontera hispano portuguesa y que se utilizaban para el control de ésta durante las guerras de sucesión y de la independencia. Respecto a esta construcción solo nos quedan diferentes escritos.
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