El mirador de rupurupay se encuentra en el pueblo de Aldeadavila de la Ribera en uno de los tramos más impresionantes de la comarca de las arribes.
El mirador de rupurupay nos ofrece una perspectiva impresionante del cañón del Duero antes de que este tramo serpenteante del río quede completamente encauzado entre paredes graníticas completamente verticales.
Desde el mirador podemos observar la vegetación más característica de la zona, así como la singular explotación en típicos bancales debido al clima muy suave que tenemos en el cañón.
Si bien es cierto que para poder llegar a este mirador podemos hacerlo a través de diferentes caminos, podemos utilizar principalmente dos, uno que parte de la calle Abajo, la cual además de llevarnos hasta este mirador también nos indica cómo llegar a otro de los grandes miradores de la localidad, el mirador de rupitin y el lastron. El otro camino que podemos utilizar para llegar hasta nuestro destino es a través de la Travesía Sol de Marina, que parte de la calle Iberdrola que pasando por el cementerio municipal nos llevaría hasta otro de los grandes atractivos de Aldeadavila, la playa del rostro, una playa artificial donde además de poder disfrutar de un baño, podremos disfrutar de actividades como piragüismo o los famosos paseos en barco que nos llevarán a los pies de la presa de Aldeadávila.
Su acceso es posible hacerlo con coche salvo el último tramo que se debe hacer a pie
Este mirador viene a completar una gran oferta turística en la zona, y es que conocidos por muchos son los miradores de picón de Felipe, del fraile, los mencionados anteriormente rupitin y el lastrón, o el mirador de mariota. Además de la posibilidad de conocer de una diferente esta zona de arribes subidos a bordo de la embarcación Corazón de las arribes, o de los paseos en todo terreno del arribito.
Toda esta zona de arribes antes de la construcción de las diferentes centrales hidroeléctricas y sus presas eran conocidas también por el contrabando, pero por el contrabando de elementos que en la época eran de primera necesidad, como podrían ser diferentes alimentos o tabaco. Y mucha de esta historia hoy está recogida en uno de los museos etnográficos que se hayan dentro de lo se conoce como aldea del burrito.
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