A lo largo de la historia esta tierra ha sido objeto de ocupación de diferentes pueblos, y muchos de ellos nos han dejado para la historia algunas de sus huellas de su paso. Y una de estas huellas maravillosas se encuentra en el municipio de Yecla de Yeltes, muy cerca de Vitigudino.
El castro fue fundado por los vettones durante el siglo V a. C y sufrió varias ocupaciones a lo largo de su historia. Pero es a partir del siglo III a. C. cuando empieza a tomar forma a través de la construcción de la mayora de los edificios y elementos de defensa que se pueden visitar por parte de los celtiberos. Durante la etapa romana seguirá habitado, abandonándose definitivamente en el siglo XII, cuando se funda el pueblo actual en una zona más llana. El castro se halla en la confluencia del río Huebra con el arroyo Varlaña sobre grandes peñascales. Ocupa prácticamente 5 has. de superficie y está rodeado por una gruesa muralla de mampostería de granito en seco.
Otro de los elementos defensivos del castro más llamativos es la existencia en determinadas zonas un gran número de piedras hincadas en el suelo, principalmente en las puertas de entrada.
Tanto en el exterior como en el interior del recinto nos podemos encontrar con la presencia de un centenar de grabados rupestres. Se trata de insculturas hechas en la roca que representan principalmente caballos, aunque también hay algunas figuras humanas, una escena de caza, jabalíes, asnos, toros, etc.
Durante la etapa romana el castro estuvo habitado; y de esta época (siglo III) data la reconstrucción de parte de su muralla. A esta época se corresponden las necrópolis halladas y diferentes estelas funerarias que todavía hoy se pueden encontrar reutilizadas como elementos decorativos en muros y fachadas de Yecla de Yeltes. A pesar de que fue abandonado en el siglo XII, en época de los Reyes Católicos se construyó en su interior la ermita de la Virgen del Castillo.
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