Las arribes del Duero son conocidas principalmente por sus vistas inolvidables del curso del río encauzado entre impresionantes cañones de granito.
Pero sus pueblos guardan muchas historias que intentan hacer perdurar en el tiempo a través de sus museos o exposiciones.
Lumbrales es uno de esos pueblos que sus calles y alrededores están cargados de esa historia que se quiere preservar.
En esta localidad del oeste salmantino nos encontraremos con uno de los castros vetones mejor conservados en la provincia, el castro de las merchanas, que se une a otros que nos podemos encontrar en otros pueblos del entorno, el castro de Yecla de Yeltes, el de Bermellar, o el de Saldeana. Teniendo en cuenta los importantes asentamientos de esta zona, en Lumbrales dentro de la Casa del Conde nos encontramos con el centro de recepción de visitantes al territorio Vetón.
La Casa del Conde es hoy por hoy el lugar donde se aglutina gran parte de la historia de Lumbrales y de los pueblos de alrededor. Y es que a todo lo relacionado con el pueblo vetón en la zona, se une la historia de otro de los grandes atractivos de esta zona de las arribes, la vía que partiendo desde La Fuente de San Esteban llega hasta la localidad portuguesa de Barca D´alva. En la construcción de esta última obra tuvo una gran importancia el impulso de Ricardo Pinto Da Costa, quien también tiene un espacio en la que fue su hogar, y que hoy se conoce como Casa del Conde.
Hasta hace unas semanas esta Casa también recogía una pequeña muestra de lo que fue el museo textil de la localidad. Y desde ahora ya podemos contemplar la exposición al completo. Este reencuentro se tiene que agradecer al esfuerzo de la Asociación de Mujeres Villa de Lumbrales.
Y es que esta localidad tuvo una gran importancia en lo que a la industria textil se refiere desde mediados del siglo XVII hasta mediados del siglo XX. Y es que según un estudio durante el año 1777 Lumbrales contaba con 106 telares en los que se tejían mantas, paño basto, sayal y jerga.
El progresivo desarrollo de la fábrica se manifiesta en el aumento de batanes situados en las orillas del río Camaces. De un solo batán en 1750, se pasa a tres en pocos años.
Un batán es una máquina destinada a transformar unos tejidos abiertos en otros más tupidos. Funcionaban por la fuerza de una corriente de agua que hace mover una rueda hidráulica, que activa los mazos que posteriormente golpeaban los tejidos hasta compactarlos.
La industria textil de Lumbrales consumía anualmente en sus telares 164.921 kilos de lana en sucio, sin incluir la que producían los ganados del pueblo. Se fabricaban anualmente 16.165 metros de sayal (tela de lana burda), 4.840 metros de paño de facha, 50.107 metros de jerga, 2.900 mantas, y 8.600 delantales de lana para mujeres.
La exposición del reunificado museo textil está formado por un gran número de piezas entre las que las que se incluyen herramientas y fotografías.
La historia de este museo textil en Lumbrales comenzó en el año 1996 cuando el ayuntamiento adquiere un telar con todos los utensilios que en el se encuentran, hasta establecerse como museo en el año 1999. Pero debido a las obra de acondicionamiento de la Casa del Conde la mayor parte de las piezas de este museo quedaron recluidas en otro lugar, hasta hace unas semanas.
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