En los últimos meses los ganaderos de las arribes se están encontrando con un gran problema, y es que están viendo como sus cabezas de ganado se ven diezmadas por el ataque de otro animal.
El último caso tuvo lugar el pasado lunes en el municipio de Barruecopardo, donde un ganadero sufrio la perdida de una cabra, y las heridas de otras dos. Este caso se une a los últimos acaecidos en la comarca, Mieza, Cerezal de Peñahorcada y Vilvestre
Aun no está claro si se trata de animales salvajes, por ejemplo lobos, o si por el contrario por perros salvajes. Todo parece indicar que la causa de estos ataques está siendo la segunda opción. Una de las características de los ataques que hacen que las autoridades se estén decantando por la opción de los perros silvestres, es que en sus ataques estos animales consumen muy poca carne de sus presas.
Por lo pronto, ante esta situación de desconcierto para los ganaderos se ha solicitado permiso a la junta de Castilla y león para realizar batidas para poner fin a esta situación.
Esta autorización no ha sido bien acogida por algunas agrupaciones ecologistas, que están tomando iniciativas para mostrar su rotundo rechazo ante la autorización concedida por las autoridades castellanas.
La convivencia entre agricultores, ganaderos y parque natural algunas veces es complicada, puesto se trata de espacios protegidos en los que prima la protección del entorno y de las especies que se encuentran dentro de él, cosa que muchas veces no es compartida por los trabajadores agrícolas puesto que ellos entienden que lo que está en juego es su forma de vida, su subsistencia.
La cabaña ovina es la que más está sufriendo estos ataques. Nos encontramos en una comarca, la de las arribes, en la que su número de cabezas representa cera del 20% de la provincia de Salamanca.
Una de las posibles causas que se habían barajado en estos ataques era la implicación del lobo. Esta opción se ha descartado por las características de los ataques. Pero tenemos que decir que Castilla y León es uno de los territorios en los que el lobo tiene una mayor presencia, debiendo especificar que ésta es mayor al norte del río Duero que al sur. Esta situación en lo que al reparto de manadas se refiere hace que al norte del Duero la caza del lobo esté permitida, cosa que al sur no ocurre.
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